
El Punto Negro de encuentro fue el Ayuntamiento de Murcia. El poder político, en sus diferentes ámbitos, mantiene una estructura de dominio que impide el desarrollo de nuestras libertades de forma democrática. Los ciudadanos somos soberanos para gestionar la crisis, pero los diferentes gobiernos, con su política de destruir a los movimientos sociales, impiden la participación directa de la población en la toma de decisiones.
Empresas como Profusa y otras inmobiliarias, promotoras, constructoras, grupos energéticos, o el sector del automóvil, causantes de la actual Crisis y desastre medioambiental, están presionando para conseguir las llamadas “ Medidas Anticrisis ” que no son sino mecanismos para reforzar sus intereses y seguir destruyendo los conquistas sociales que durante años se habían logrado.
Las propuestas de la Patronal de bajar los sueldos, el despido libre, o la flexibilidad de plantilla, conducen directamente a precarizar todavía más el mercado laboral y debilitar la capacidad de respuesta de l@s trabajador*s.
La indecente actividad especulativa del mundo bancario y financiero ha supuesto el detonante de la crisis que vivimos, que no es ya sólo financiera, sino ecológica, laboral, social … En nuestro contexto, no podemos obviar la especulación urbanística que sufrimos.
Es inmoral que los bancos presenten jugosos beneficios, y reciban financiación pública, mientras amplias capas sociales están teniendo problemas para cubrir sus necesidades básicas.

El Banco de los Bancos es el máximo exponente del mantenimiento de los valores para el Status Quo financiero. Junto al Banco Central Europeo y la Reserva Federal (en EE.UU.) representan la más péfida visión de la economía al servicio de las grandes Corporaciones.
No se puede consentir la degradación que sufre nuestro entorno por culpa de determinados intereses privados. El transporte público debe ser un bien público no sujeto a la intervención del beneficio y la especulación privada.
El recorrido informativo terminó en la Delegación de Hacienda, ejemplo de una concepción del BIEN COMÚN que sólo tiene un desarrollo: los intereses particulares de Banqueros y Grandes Empresas. Hasta ahora, nadie se ha enfrentado al conflicto social planteado por la burguesía y el empresariado acabando con sus privilegios y repartiendo la riqueza
Los sindicatos institucionalizados, con su inactividad sindical, están impidiendo una respuesta adecuada por parte de las capas afectadas por la crisis. Su gestión se reduce a perpetuar sus privilegios a cambio de ser garantes de la paz social que tanto precisa el poder, siendo dramática su complacencia en firmar EREs, despidos y/o acuerdos con las empresas que atentan a la dignidad sindical.
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